10 de julio de 2010

Orgullo y Prejuicio

"Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa"


Así comienza uno de los mejores libros románticos que he tenido la oportunidad de leer y un clásico de la literatura europea Orgullo y Prejuicio. Jane Austen la autora comienza refiriéndose a Charles Bingley.


Un hombre agradable, atractivo y sencillo; poseedor de una renta de cinco mil libras al año, características que provocan a las familias de Meryton considerarlo como un prospecto para algunas de sus hijas, incluidas las Bennet.
Las jóvenes Elizabeth, Jane, Kitty, Lydia y Mary se preparan para conocer al señor Bingley en un baile público en el pueblo de Meryton.



En dicho baile Bingley muestra cierto interés por la señorita Jane, la mayor de las Bennet.
 
A diferencia de Bingley que causa admiración en el pueblo debido a su sencillez, su amigo Fitzwilliam Darcy es tildado de orgulloso, y aunque sus ingresos son de 10000 libras al año y su elegancia es admirable, la arrogancia que inspira hará que los vecinos sientan aversión hacia él, incluyendo a Elizabeth, que escucha una conversación de Darcy con Bingley refiriéndose a ella, donde dice que no la consideraba lo suficientemente hermosa como para captar su atención.

 
Poco después del baile, el Señor Collins, primo que heredará el patrimonio Bennet llega de visita, con la intención de casarse con alguna de las hermanas Bennet, para así compensar el futuro empobrecimiento de las jóvenes. El Señor Collins le propone matrimonio a Elizabeth Bennet pero esta lo rechaza tajantemente y es apoyada por su padre el Señor Bennet.


Mientras tanto la joven Elizabeth comienza a sentirse atraída por el Señor Wickham, un oficial que llega a Meryton con el fin de entrar al regimiento del General Foster. Wickham sostiene que ha sido privado de su herencia por el mismísimo Señor Darcy, y esto fortalece la reprobación de Elizabeth para con él.

Cuando Bingley decide marcharse a Londres, Elizabeth sospecha que Darcy está detrás de esta separación. Elizabeth visita a Charlotte, que vive ahora bajo el dominio de la tía de Darcy, Lady Catherine. Estando con ellos, Darcy visita a su tía, y se ve obligado a ver a Elizabeth diariamente. Los encantos de Elizabeth, con el tiempo, acaban encantando al Sr. Darcy, lo que provoca que finalmente le declare su amor por ella "contra su propia voluntad" y le expresa su deseo de casarse con ella, "a pesar de su origen inferior, su degradación, su reprensible familia...".


"He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente"
 
Elizabeth queda sorprendida por tan arrogante forma de pedirle matrimonio y además herida por descubrir que Darcy había convencido a su amigo para que cortara relación con Jane. Elizabeth lo rechaza diciendo:
 
"...y no hacía un mes aún que le conocía cuando supe que usted sería el último hombre en la tierra con el que podría casarme"
 
Al día siguiente Darcy le entrega una carta a Elizabeth, donde justifica su interferencia en la relación de Charles y Jane y además le cuenta la historia de su relación con George Wickham; por él Elizabeth descubre quién es Wickham realmente: un vicioso, ocioso y además carente de virtud.
 
Elizabeth se siente avergonzada a la vista de las declaraciones y reconoce que su orgullo y el prejuicio la habían cegado, sin embargo no se arrepiente de haber rechazado al Señor Darcy.
 
Más tarde, Elizabeth se va de vacaciones con sus tíos, los Gardiner, por Derbyshire; la convencen para que visite Pemberley, la finca de Darcy, mientras él se encuentra fuera. Sorpresivamente Elizabeth se encuentra con Darcy mientras veía los terrenos y descubre que su comportamiento con ella ha cambiado, se encuentra más cálido que en su último encuentro y esto hace pensar a Elizabeth que bajo su orgullo yace una naturaleza leal y generosa.


Cuando la relación de Elizabeth y Darcy comienza a ser más distendida, Elizabeth queda horrorizada al saber que en su ausencia, su hermana menor Lydia ha captado la atención de Wickham y se ha fugado con él. Cuando Elizabeth cuenta esto a Darcy, él asume la misión de encontrar a Wickham y sobornarlo para que se case con Lydia.


Elizabeth descubre accidentalmente el papel de Darcy gracias a los despreocupados comentarios de Lydia, más tarde confirmados por su tía, la Sra. Gardiner. Éste acto final completa un giro radical en los sentimientos de Elizabeth, y ella comienza a lamentar haber rechazado la proposición de matrimonio que le hiciera Darcy.


Lady Catherine descubre los sentimientos de Darcy hacia Elizabeth, lo que amenaza su ambición, de casarlo con su propia hija. Mientras Darcy se encuentra en Londres, su tía visita inesperadamente a Elizabeth y con brusquedad intenta presionarla para que lo abandone, sin conseguir nada. Irónicamente, éste hecho sella la relación entre Elizabeth y Darcy, pues cuando Lady Catherine se queja a Darcy de la obstinación de Elizabeth, él se da cuenta de que los sentimientos de ella han cambiado, lo que le da esperanzas suficientes para intentarlo otra vez. Cuando Darcy le propone matrimonio por segunda vez, Elizabeth acepta. Las hermanas Jane y Elizabeth se casan poco después con el Sr. Bingley y el Sr. Darcy respectivamente, momento en el que acaba la historia.